Una fiesta, una sesión de música diurna, un DJ, un personaje excéntrico acompañado de dos asistentes y un fotógrafo dan la bienvenida a los recièn llegados. Les espera el gran parque de atracciones Europa, donde la diversión y la felicidad están aseguradas. A partir de la mal denominada crisis de refugiados que se ha desencadenado en Europa, este espectáculo de calle, con teatro, danza, música e imágenes, hace una crítica a la hipocresía de la política europea sobre inmigración y al predominio de los criterios económicos por encima de los estrictamente humanitarios.
Una reflexión sobre fronteras y muros en tiempos de activismos individuales ilusorios que operan desde la comodidad del sofá de casa, desde la crítica confortable de las redes sociales y desde las patologías egocéntricas de nuestra sociedad.